BMW 3.0 CSL E9 Grupo 5: Clásico de carreras como réplica

Si hoy en día se ve un BMW 3.0 CSL E9 vestido de competición, normalmente es en un museo o en un evento exclusivo con coches de carreras históricos. Para Georg Schuster y su padre, eso no era suficiente: como muestra un elaborado reportaje de Sourkrauts, que merece la pena ver, hicieron realidad lo que a primera vista parecía un sueño imposible: su propio BMW 3.0 CSL Group 5 Widebody. Gracias a la homologación, este clásico de las carreras puede incluso circular por vías públicas, a diferencia de su prototipo histórico, lo que lo hace aún más especial.

 

No es de extrañar que un proyecto así esté plagado de numerosas dificultades. Tratándose de un clásico raro, ni siquiera encontrar una base adecuada fue fácil, ya que la mayoría de los BMW E9 de la primera mitad de la década de 1970 se encuentran en un estado lamentable o no están a la venta. Pero la dificultad aún mayor era, sin duda, reproducir las piezas de BMW Motorsport con la mayor fidelidad posible. Gracias a buenos contactos, fue posible tomar prestadas algunas piezas directamente de BMW y fabricar así nuevos componentes de GRP que, aparte de su antigüedad, son prácticamente indistinguibles del prototipo histórico. ¿Buscas una furgoneta? En furgón segunda mano Crestanevada encontrarás las mejores furgonetas de ocasión.

 

La pintura es incluso mejor que la del original, ya que las características rayas con los colores de la Motorsport GmbH de la época están pintadas en la réplica por Georg Schuster -el modelo histórico tuvo que conformarse entonces con una pegatina-.

 

Pero incluso después de haber construido la carrocería, el proyecto del BMW 3.0 CSL E9 Grupo 5 no fue fácil: para poder utilizar los pasos de rueda considerablemente más anchos, incluso con una vía correspondientemente más ancha, fueron necesarias las barras estabilizadoras del eje trasero del BMW E3 y una suspensión hecha a medida por KW. Los pasos de rueda están ahora equipados con llantas de 18 pulgadas, que le confieren un aspecto extremadamente exuberante, incluso desde la perspectiva actual.

 

El segundo gran obstáculo técnico era el motor, ya que los pocos motores originales de los años 70 que quedan son prácticamente inasequibles. Por ello, Georg Schuster decidió utilizar el motor de seis cilindros en línea S38 del BMW M5 E34. El motor de 3,8 litros se elevó a 420 CV con la clásica puesta a punto de motor atmosférico, garantizando una propulsión a la altura de su aspecto. En vista de la cilindrada, ya no es posible hablar de un BMW 3.0 CSL, pero este detalle puede pasarse por alto.