¿Está saboteando su propio negocio?

Como consultor, a menudo me llaman para que ayude a las empresas a dar un nuevo impulso a su marketing y a revitalizar su organización para lograr el crecimiento que les permita tomar un nuevo rumbo o corregir algunos de los retos que puedan tener. Muy a menudo me resulta bastante claro que el propietario de la empresa, por estar atrapado en el funcionamiento del negocio en el día a día, acaba por no ser capaz de ver el bosque por los árboles. En otras palabras, está tan ocupado trabajando dentro de su empresa que a menudo no tiene suficiente perspectiva del negocio desde fuera.

No sabotee su propio negocio

Describimos esto como personas de negocios que sabotean sus propios negocios. La mayoría ni siquiera sabe que lo está haciendo.  Es algo que hacen de forma instintiva y, por desgracia, algunas de las decisiones que toman causan más daño que bien en su negocio. Aquí es donde reside el verdadero valor de traer a un tercero para que le ayude a redefinir lo que necesita hacer en el día a día para crear un resultado nuevo y exitoso.

Las decisiones rápidas a veces llevan a sabotear su propio negocio

Uno de los mayores desafíos que tienen estos propietarios de negocios es a nivel de marketing, donde se lanzan a tomar decisiones sin hacer las preguntas correctas. La razón por la que lo hacen es porque están orientados a la acción y esa orientación a la acción les hace querer hacer su marketing rápidamente y conseguir que esas decisiones se tomen y que la acción ocurra. Sin embargo, si la decisión que se toma no es la correcta, el resultado de esa acción puede ser, de hecho, bastante rápido, y la velocidad del resultado podría perjudicarles mucho más rápido de lo que creen. Por ello, es fundamental plantear las preguntas antes de buscar las respuestas.

Muy a menudo, cuando recibo una llamada de una persona que quiere que le ayude, la llamada es algo así «Necesito una marca, ¿puede ayudarme a cambiar la marca de mi empresa?» En otras palabras, dicen que creen saber la respuesta. Mi respuesta normal a esa pregunta es: «¿Cuál es el problema y por qué cree que es necesario el branding?». La mayoría de las veces, el empresario se encuentra con que esta pregunta es increíblemente difícil de responder, sencillamente porque han llegado a la respuesta como su conclusión. Creen que el branding es la respuesta correcta a su dilema, pero no se han preguntado por qué.

Al llegar a una conclusión rápida, esta persona está saboteando inadvertidamente su propio negocio, al no seguir el proceso correcto de hacer más preguntas y dejar que las soluciones aparezcan de forma natural.  Si bien esto es algo típico del día a día en la toma de decisiones empresariales, es importante darse cuenta de que tiene sus inevitables inconvenientes.

Por tanto, haga más preguntas. Esto te llevará a más opciones que, en última instancia, te permitirán tomar mejores decisiones.  Y todo ello de forma rápida, para que siga satisfaciendo su necesidad de rapidez.

Asesoría Juan Bautista

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